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La Salle marcó mi vida

Por: Zulma Figueroa

Exalumna de la Promoción 2019 – Colegio Biffi La Salle.

Desde que me gradué del colegio, mi vida cambió mucho. Pasé de un año entero confinada por una pandemia a vivir sola en una de las ciudades más grandes del mundo, pero este proceso no fue tan fácil. Mi formación escolar fue fundamental para convertirme en la persona que soy hoy, no solamente en el ámbito académico, sino en el más importante que es mi formación personal.

Mi nombre es Zulma Camila Figueroa Flórez, fui estudiante del Colegio Biffi-La Salle de la promoción 2019 y actualmente, a mis 19 años estoy cumpliendo mis sueños de cursar una licenciatura en mercadotecnia en la Universidad de Southern New Hampshire y vivir en Nueva York mientras trabajo en la industria hospitalaria.

Mi formación académica, fue excepcional, el colegio me brindó las herramientas necesarias para enfrentarme a la educación superior y destacarme en el campo de los las humanidades e idiomas, lo que también representó una herramienta para la vida, ya que el choque culturar de vivir en Nueva York se facilitó un poco al yo manejar el idioma inglés, aspecto que atribuyo a las bases que recibí en la institución. A la mitad de mi carrera, tengo un promedio del cual me siento muy orgullosa ya que he trabajado muy duro por él y he sido reconocida por el presidente de la universidad a la que asisto.

El destacarse en la academia es muy importante ya que contribuye a tu desarrollo profesional, pero puedo afirmar que la formación humana que recibí es algo invaluable que me ha permitido crear lazos interpersonales basados en los valores que aprendí en La Salle como la fraternidad y servicio, desarrollarme en una ciudad con tanta diversidad de culturas y costumbres diferentes a las mías y ser una ciudadana cuyas convicciones y maneras de actuar van guiadas por el respeto y la ética.

selloVivir en Nueva York fue una decisión que tomé porque tenía muchas ganas de enfrentarme al mundo por mí misma, a pesar de que soy hija única y que ya no estaría acompañando a mi mamá ella siempre me apoyo porque creyó en lo que era capaz de lograr y facilitó mi proceso de radicación, al principio estaba muy asustada porque no conocía a nadie y era una ciudad muy grande con personas tan diferentes a mí que pensé que no iba a ser capaz de resistir más de tres meses aquí pero siempre me detenía a recordar que era capaz de todo lo que me propusiera como mis profesores me hicieron reconocer durante mis años escolares. Así que conseguí un trabajo de medio tiempo ya que no podía descuidar mis estudios y cada día de mi vida conocía a personas con etnias, gustos, costumbres e incluso idiomas diferentes, aunque a veces me costaba acercarme por las mismas diferencias, mis valores me obligaban a traspasarlas para relacionarme con todos con una sonrisa, estos no me permitían no actuar si veía que alguien necesitaba mi ayuda, pues siempre que veo un momento en el que puedo servir, estaré dispuesta a hacerlo y me han permitido crear conexiones muy importantes en mi vida que van más allá de las diferencias culturales ya que he tenido la posibilidad de interactuar con personas de India, Ecuador, Perú, Pakistán, etc. Como si fueran de mi propia familia gracias a la fraternidad que La Salle sembró en mí.

Cada día vivo agradecida y orgullosa de haber sido parte de la familia Lasallista, a todas las personas que conozco les cuento de lo maravilloso que era mi colegio. Siempre llevaré muy presente todo el apoyo que recibí de mis profesores, los cuales son seres humanos increíbles, sobre todo Andrés por enseñarme a conocer todo mi potencial el cual sigo descubriendo, gracias a mi mamá porque sin ella, disfrutar de esta increíble institución no hubiese sido posible, gracias a Dios por poder coincidir y hacer parte de esta familia y gracias Biffi por enseñarme que grandes cosas son posibles. Viva Jesús en nuestros corazones ¡por siempre!